SANIDAD

EL SEÑOR ES TU SANADOR

He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad. Jeremías 33:6

Jesucristo, a través del sacrificio de la cruz vino a traer provisión de sanidad para nuestros cuerpos. La enfermedad se convierte en una oportunidad para experimentar el poder sanador de Dios. En la Biblia podemos encontrar muchas promesas y es por medio de la fe que debemos apropiarnos de ellas. Él es el que sana las enfermedades del cuerpo y del alma, en Él hallamos, por fe, Sanidad física y espiritual.



    
ORACIÓN PIDIENDO SANIDAD

    Por: A. Lucia M.Cadavid

Si estas padeciendo alguna dolencia o cualquier enfermedad has la siguiente Oración con toda tu mente, tu alma y tu corazón y con Fe creyendo que Jesucristo está vivo y quiere sanarte
Padre en el nombre de Jesucristo presento esta oración delante de ti y te ruego que tu Santo Espíritu fluya a través de esta oración y cumplas tus propósitos por medio de un milagro, solo Tu Señor, eres quien haces señales y prodigios, manifiéstate hoy como Jehová Rafa en cada célula de mi cuerpo. Padre así como maldijiste la higuera estéril porque no daba fruto y esta se secó desde la raíz cuando diste la orden, asimismo en esta hora por el poder de tu palabra Padre ordénale a la higuera de la enfermedad y toda dolencia que se seque en el nombre de Jesucristo, desarraiga toda enfermedad porque todo árbol que Dios no plantó será desarraigado Mateo:15-13, y tú no plantaste la enfermedad, Padre que todo sea arrancado en el nombre de Jesucristo y toda enfermedad sea sanada por el poder de la sangre de Cristo. Padre trae salud a mi cuerpo de acuerdo a tu palabra, que por tu llaga hemos sido curados, Padre que pueda nadar y sumergirse en el Río de las aguas salutíferas de las que habló el profeta Ezequiel, todo el que nade por ese Río de Espíritu recibirá sanidad. Reclamo tu promesa en Éxodo 15:26 Si hacemos lo recto delante de ti y guardamos tus mandamientos, ninguna enfermedad de las que enviaste a los egipcios enviaras a tu pueblo, porque tú eres Dios nuestro Sanador. Padre creo en tu palabra y recibo lo que has prometido porque tú no eres hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta, Números 23:19, tú los has dicho, tú lo harás. Padre se que Tú me darás fuerzas en el lecho del dolor y convertirás la enfermedad en Salud. Salmo 40:3. Padre se que lo harás para que mi fe crezca y pueda ver las maravillas de tu amor y también para que sea testigo de tu poder sanador y de tu compasión.

Padre todo te lo pido en el nombre de Jesús, tu hijo

Amado, Jesucristo, tu Intercesor de Intercesores, quien intercede por mí. Gracias Jesucristo, por lo que has hecho y lo que harás para la Gloria y honra de tu nombre. Gracias porque tú estás visitándome y dándome el toque poderoso a través de tú santa y gloriosa mano sanadora. Gracias Padre Santo por escuchar mi oración, sé que tu estas actuando con tu poder y que todo lo puedes según tu voluntad buena y perfecta. Señor en ti confio y en ti espero.

Todo lo pido de acuerdo a tu Santa Voluntad Padre Santo. Creo en tu poder y te pido oh buen Jesús que tu Salvación sea manifestada grandemente en mi vida. Todo te lo pido en el nombre de Jesús, tu hijo Amado, Intercesor de Intercesores, quien intercede por mí. Amén.

    Oración por Sanidad

    Por: Alba Lucia Martinez

De lo profundo, Oh Señor, a ti Clamo. Señor, oye mi voz, esten tus oídos atentos a mis suplicas. Salmo 130:1

Señor, a ti he clamado; Escucha mi voz cuando te invocare. Salmo 141:1

Padre Celestial, recibe adoración, alabanzas, honor, gloria, porque tú eres el Shadai. El Todopoderoso, el todo suficiente, el que todo lo puede, el creador de los cielos, la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, reconocemos tu poderío y majestad, reconocemos que tú eres Dios y no hay Dios tan grande como tú y no hay ningún dios en la tierra que iguale tus portentosos hechos. Acudimos a ti en esta hora de necesidad en el nombre de Jesucristo tu hijo amado, quien es nuestro Salvador, nuestro Redentor, nuestro Restaurador y libertador. Perdona nuestros pecados, acudimos a la sangre de tu hijo Jesucristo que nos limpia y nos santifica de toda maldad, para así poder entrar confiadamente al trono de la gracia para hallar misericordia y tu oportuno socorro.

Señor trae sanidad a los enfermos, tu eres nuestro Dios rafa, el que sana, destruye, arranca y arruina toda enfermedad, toda dolencia, todo tumores, diabetes, migrañas, problemas gastrointestinales, problemas en el colon, problemas cardiovasculares, presión alta, cáncer, colesterol alto, limpia la sangre de tus hijos, te pido que hagas una trasfusión de tu sangre divina por las venas de tus hijos y que toda enfermedad arterial en la sangre sea destruida en tu nombre Jesucristo, nombre que es sobre todo nombre.

RESTAURA LA SALUD DE TUS HIJOS ENFERMOS, trae salud física, mental y espiritual y conforme a tus propósitos y a tu voluntad, muestra y revela a cada uno de tus hijos enfermos la causa de la enfermedad que padecen, si es por causa de algún pecado oculto sin confesar, trae arrepentimiento genuino, si es un trato como el de Pablo, que aunque te pidió, no fue sanado, y tu respuesta fue: BASTATE MI GRACIA. Revela a tu hija(o) si es una prueba como la de Job para darles el doble de salud y bienestar. Que esa enfermedad no sea para muerte como dijiste de Lázaro sino para que tu gloria fuera vista. POR TU LLAGA FUIMOS NOSOTROS CURADOS, es tu promesa y la reclamamos hoy. Trae paz en medio de cualquier situación adversa, porque el castigo de nuestra paz sobre ti, trae Salvación que es el mayor milagro que podemos haber recibido en esta vida, LA VIDA ETERNA.

Dios Rafa, nuestro sanador. Envía ángeles desde el cielo con respuestas con milagros, con Sanidades y prodigios, aquellos que están debilitados por la enfermedad dales fortaleza para enfrentar el dolor y el sufrimiento, sabiendo que tu padeciste los mismos dolores, sabiendo que tú has permitido esta prueba como un medio para apartarles del pecado, como un medio para que te busquen más en oración, como un medio para moldear su carácter y hacerlos más a tu imagen. Tu eres el médico de médicos, el que sana todas nuestras dolencias, envía la medicina y los medios para que se produzcan esas sanidades divinas, sobrenaturales, destruye, arranca y arruina toda enfermedad y toda dolencia, para que se den esos testimonios como respuesta a la oración y sepan que tenemos un Dios que está vivo, que es el mismo de ayer, de hoy, de por los siglos, para que tu nombre sea glorificado y digan en la naciones Grandes cosas ha hecho el Señor con ellos.

Recibimos Respuestas y Testimonios a esta oración, porque tú oyes la oración de los que te buscan y CON TREMENDAS COSAS NOS RESPONDERÁS TU EN TU JUSTICIA. Y DECLARAMOS COMO SIEMPRE: LOS QUE ESPEREMOS EN TI SEÑOR, NUNCA SEREMOS AVERGONZADOS. AMEN.

ORACION POR SANIDAD DE LA DIABETES - Por Karla Labbé
Padre gracias porque podemos abandonarnos totalmente ante tu presencia para hallar gracia y misericordia diaria. Padre te pido de corazón que toques mi cuerpo y me sanes de la diabetes. Oro para que los niveles de glucosa, proporcionen energía a los miles de millones de células que conforman mi cuerpo, Padre que sean normales y puedan entrar a las células por medio de la insulina segregada por el páncreas. Oro por sanidad para mi páncreas, Señor por favor mantén mis niveles de azúcar en la sangre siempre estables y en perfecto equilibrio liberando la cantidad exacta de insulina necesaria para compensar las subidas y bajadas de glucosa que se producen durante el día en mi cuerpo. Oro porque las células betas sí segreguen suficiente insulina y la glucosa no se acumule en mi sangre, ni cause hiperglucemia, ni tampoco permitas que se dé un bajo nivel de glucosa, que cause hipoglucemia. Padre por favor que mi hígado ayude al páncreas a controlar los niveles de glucosa y que cuando el páncreas de la orden, el hígado convierta de nuevo el glucógeno en glucosa para satisfacer la demanda del cuerpo. Padre restaura las funciones del páncreas, revierte el efecto genético que pueda estar estorbando su adecuado funcionamiento, Señor nada hay imposible para ti y te clamo por sanidad total. En el poderoso nombre de Jesús. Amén



ORACIÓN POR SANIDAD DE LA ARTRITIS   -    Por Karla Labbé

Padre me postro ante ti Jesús, para interceder por el dolor de mis articulaciones, te pido derrames tu bálsamo en mi cuerpo y regeneres el cartílago que se ha desgastado provocando dolor por el roce de hueso con hueso y rigidez en los tejidos que apoyan y mueven los huesos y las articulaciones o coyunturas. Padre penetra con la Palabra hasta mis articulaciones y médula y sopla vida, por favor regulariza el sistema inmune del cuerpo para que reconozca los tejidos sanos como tales y no se ataque a sí mismo. Tú eres nuestro sanador y en el nombre de Jesús que es sobre todo nombre tu sanas toda enfermedad de (artritis reumatoide, osteoartritis, fibromialgia, gota, lupus, artritis juvenil, esclerodermia, artritis infecciosa, espondilitis anquilosante, artritis psoriásica, bursitis, tendinitis y síndrome del túnel carpiano). Padre Tú eres mi esperanza y clamo a ti por un milagro, declaro que toda afección en mis huesos y cuerpo, todo dolor e inflamación tú lo quitas y permites la libre movilidad de mis articulaciones y traes sanidad a cualquier órgano interno afectado. Padre que este padecimiento combinado con la fe y con los avances médicos, traigan alivio y sanidad. Padre fortalece mi interior para que sepa que Tú estás en control y pueda hallar reposo en Ti. Clamo en el nombre de Jesús, Amén.

ORACION POR LOS QUE BATALLAN CONTRA EL CANCER-

Por Karla Labbé

Padre derramo mi alma delante de tu presencia y te ruego por mi cuerpo que está afectado por el cáncer... mira la aflicción de mi corazón, Señor ten misericordia de mí. Tú eres Dios de misericordia y bendición, clamo que extiendas tu mano con poder hacia mi vida y me sanes. La Biblia dice que Jesús, fue varón de dolores, hecho para el sufrimiento... fue traspasado por mis rebeliones, molido por mis iniquidades. Sobre él recayó el precio de mi paz y gracias a sus heridas yo fui sanado. Gracias, Señor, por la medicina que está disponible para tratar el cáncer en mi cuerpo. Oro por que mi tratamiento médico me permita tener calidad de vida y no produzca efectos secundarios dañinos en mi cuerpo. Ayúdame y dame fuerzas, Señor, para enfrentar los tratamientos de quimioterapia y/o radiación. Clamo que las células y tejidos que estaban afectados por el cáncer, son restaurados y sanados por completo. Señor, oro en el nombre de Jesús que las células anormales cancerosas no se reproducen ni crecen sin control; tampoco se desprenden ni se trasladan hacia otras partes de mi cuerpo. El señorío de Jesús en mi vida me permite orar con autoridad en contra de la metástasis y reprenderla en el poderoso nombre de Jesús. Te pido, Señor, que sanes los daños en el ADN de mi organismo. Oro pidiéndote que cada célula afectada sea reparada y no reproduzca el ADN dañado para no heredarlo a mis descendientes. Oro que la sangre en mi cuerpo y los órganos que la producen (la médula ósea, el sistema linfático y el bazo) sean totalmente limpiados de presencia de células cancerosas, en el nombre de Jesús.

Dios Todopoderoso, Creador, Dios bueno, no hay otro como tú. En medio de la tormenta reconozco tu poder y soberanía. Eres el Dios que sostiene todas las cosas con tu Palabra poderosa. Así mismo, sostienes mi vida durante este tiempo de dificultad. Ten misericordia de mi Señor.

¡Gracias Padre por llenar mi corazón con la certeza de que tú estás siempre conmigo, aun si atravieso valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tú me reconfortas y me das paz. Líbrame del temor, la ira, la cólera, la depresión... sana mi cuerpo y mi corazón por completo. Inúndame con paz, serenidad, longanimidad, gozo, esperanza y fe. Padre que mi vida sea testimonio de tu fidelidad y amor, Señor obra en mí y recibe toda la gloria y la honra, precioso Jesús. Amén.

JESÚS mi Sanador
Por Ministerio Maranatha

Dios de toda misericordia: Gracias, porque en tu cuerpo, mi JESÚS, Tú llevaste todas mis enfermedades y por tu llaga fui curado. Ayúdame a siempre creer que tu Palabra es la verdad y de esa manera batallar contra toda dolencia, todo síntoma, toda enfermedad que intente minar la salud de mi cuerpo. Enséñame a confesar la Palabra de tu poder, que es la espada del Espíritu, para combatir lo que se me diga, lo que vea o lo que sienta. Enséñame y ayúdame a resistir toda incredulidad para RECIBIR por FE la sanidad que ya Tú me diste hace más de 2000 años en la cruz del calvario. Quiero siempre vivir por fe y no por vista. Aumenta mi FE para creer que Tú eres el Dios Todopoderoso y que para Tí nada es imposible; que es tu perfecta voluntad sanar toda enfermedad llámese como se llame. Fortaléceme en la debilidad y ayúdame a pelear la buena batalla de la FE. Quiero creer y confesar, no las circunstancias, sino tu Palabra, que es la verdad. En el nombre de JESUS, AMEN.
Isaías 53:4-5, Salmo 103:3, Efesios 6:17, Lucas 1:37


  Creyendo por un Bebé

Por K. Labbe

Te alabamos y te bendecimos, Señor. Tú eres nuestro buen Padre y es tu deseo darnos las buenas dádivas que nosotros te pedimos. Sabemos que los hijos son herencia tuya, son una bendición y hoy te pedimos por aquellos matrimonios que están creyendo en Ti por un bebé.

Gracias Espíritu Santo por sustentar la vida de estos matrimonios durante los momentos de tristeza, desilusión y duda. Te pedimos que renueves sus fuerzas, que te acerques a sus corazones quebrantados y que tu presencia y tu aliento de vida obren en el cuerpo del esposo y el de la esposa para que el milagro de una nueva vida comience a formarse en el vientre de ella.

Te agradecemos desde ya por que el embarazo llega a término sin complicaciones ni limitaciones. Gracias por la provisión económica para enfrentar todos los gastos que conlleva el embarazo y el parto. Tú todo lo haces perfecto, gracias Señor. Amén.


Promesas para Sanidad:

"Porque yo soy Jehová tu sanador". Éxodo 15:26

Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, Y sufrió nuestros dolores; Y por su llaga fuimos nosotros curados. Isaías 53:4-5

"Él es el que sana todas nuestras dolencias". Salmo 103:3

Jesús llevó nuestras enfermedades en la cruz del Calvario y Él sanó a todos los oprimidos.. 1 Pedro 2:24 "...

"Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiese cometido pecado, le serán perdonados" Santiago 5:15

Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová.      Jeremías 30:17

Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Mt 8:8

Así dice el Señor, Dios de su antepasado David: "He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte... 2 Reyes 20:5

Ten piedad de mí, Señor, pues languidezco; sáname, Señor, porque mis huesos se estremecen. Salmos 6:2

Jehová lo sostendrá en el lecho del dolor; ablandará su cama en la enfermedad. Salmos 41:3

Sáname, oh Señor, y seré sanado; Sálvame y seré salvado.... Jeremías 17:14

He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad. Jeremías 33:6


CUANDO LA ENFERMEDAD LLEGA

(POR PASTOR EMILIO BANDT FAVELA), 
https://www.pibjuarez.com/

"LA ENFERMEDAD QUE SEA"

(1 REYES 8:37-39)

DIOS SE OCUPA DE LAS ENFERMEDADES

Según la etiopatogenia, las enfermedades humanas pueden clasificarse en cuatro grandes grupos: (1) Las enfermedades endógenas que se atribuyen a un desorden o alteración en el mismo paciente. (2) Las enfermedades exógenas que son a causa de agentes externos al paciente. (3) Las enfermedades ambientales y (4) Las enfermedades de etiología multifuncional.

Estos cuatro grupos albergan veinticuatro subgrupos que a su vez comprenden un sinnúmero de afecciones de las cuales se han escrito millones de volúmenes.
Si hay algo a lo que los seres humanos estamos más propensos es a enfermarnos.

Aun los cristianos, con todo y ser hijos de Dios nos enfermamos. Si ustedes me lo permiten les compartiré algunos versículos bíblicos donde se nos dice que algunos hombres de Dios padecieron enfermedades: (1) Jacob (Génesis 48:1); (2) Eliseo (2 Reyes 13:14); (3) Ezequías (2 Reyes 20:1); (4) Daniel (Daniel 8:27); (5) Lázaro
(Juan 11:3); (6) Dorcas (Hechos 9:37); (7) Pablo (Gálatas 4:13); (8) Epafrodito (Filipenses 2:27); (9) Timoteo (1 Timoteo 5:23); (10) Trófimo (2 Timoteo 4:20).

Nosotros también, así como ellos, estamos proclives a las enfermedades. Y de hecho en los últimos años un buen número de nuestros hermanos ha enfermado.
Pero nosotros tenemos a nuestro Dios quien adoptó un nombre muy singular, puesto por ÉL mismo: Jehová Raphá que significa Dios Sanador (Éxodo 15:26).
Así que al Omnipotente Padre Eterno no le importa si nuestra enfermedad es leve o grave, si es pasajera o mortal; Salomón dice aquí "... enfermedad que sea...". Dios tiene la capacidad, la autoridad, la soberanía y el poder para sanarla.
En nuestro pasaje, el sabio rey israelita menciona solo unas cuantas enfermedades y dice que si se presenta cualquier plaga o enfermedad que sea, el pueblo de Dios debe hacer cuatro cosas, y a su vez, Dios hará cuatro cosas en respuesta.
Meditemos juntos en estos hermosos textos bíblicos que son un refrigerio en medio de nuestros sufrimientos porque nos aseguran que Dios se hace cargo de la enfermedad que sea.

1º CUANDO LLEGA LA ENFERMEDAD CUATRO COSAS HAGAMOS (8:38)

1. Cuando llega la enfermedad oremos. Comienza Salomón: "Toda oración...".
Toda bendición del Padre Celestial comienza con la oración.
La oración atrae consigo grandes bendiciones. Hay muchísimas promesas de Dios para los que oran. No en vano existen Santas Escrituras que así lo afirman: "Antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído" (Isaías 65:24).
Otro texto amado dice: "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces" (Jeremías 33:3).

Y es que la oración cambia las cosas. En el versículo treinta y siete el rey Salomón menciona las calamidades más graves que pueden sobrevenir al pueblo de Dios, y todas, sin excepción, tienen su solución en Dios a través de la oración.
En Washington, D. C. en la Casa Blanca, está lo que se llama el teléfono rojo o la línea roja, donde se informa al instante al presidente de los EUA o a los miembros de su gabinete de cualquier conflicto que surja en el mundo.
Así nosotros, acudamos a la línea directa que tenemos con nuestro Dios y que es la oración. Hagamos oración, individualmente, en familia, en grupos, en la congregación. Sigamos el ejemplo del rey Ezequías cuando cayó enfermo: "En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová, y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro. Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Vé y dí a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años" (Isaías 38:1-5).

2. Cuando llega la enfermedad supliquemos. Continúa Salomón diciendo: "... y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel...".
Hay ocasiones en que uno debe orar, pero hay días en que uno debe suplicar.
Creo que estamos en esos días. Necesitamos presentarnos más continuamente delante del trono de la gracia de nuestro Dios. Necesitamos orar con toda oración y ruego, con toda deprecación y súplica en el Espíritu.
Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó en su precioso Sermón del Monte que hay tres clases de oración: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá" (Mateo 7:7-8).
Pedid, se refiere a cuando uno pide por cosas rutinarias como el pan de cada día, la bendición de Dios para ir al trabajo, para ir a la escuela, etc.
Buscad es cuando uno pide una guía, una orientación de parte del Señor para tomar alguna decisión, para saber que hacer en un determinado momento.
Llamad, significa el llamado angustioso cuando el asunto es muy urgente, como un accidente, una enfermedad muy grave, una cuestión donde sólo el poder de Dios puede sacarnos de nuestra imposibilidad.
En medio de nuestras enfermedades supliquemos al Señor. Pasemos más tiempo con ÉL en oración. Hagamos veladas de oración. Multipliquemos la inversión que hacemos en la oración.
Cuando nuestro Salvador debía escoger a los doce apóstoles, necesitó la dirección del Padre, por eso, "... pasó toda la noche orando a Dios" (Lucas 6:12).

3. Cuando llega la enfermedad reflexionemos. "... cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón...".

En otras palabras, que la situación de tribulación traiga una enseñanza a nuestro espíritu. Nosotros debemos reflexionar no solo en la condición en que estamos, sino más importante aún, las causas por las que estamos allí.
Miremos bien nuestros caminos. Es importantísimo reconocer nuestros pecados y humillarnos delante de Dios. Ciertamente la gran mayoría de las enfermedades son para quebrantarnos. Y eso también es bueno, porque "Al corazón contrito y humillado, no despreciarás tú, oh Jehová" (Salmo 51:17).
Tenemos el consejo divino a través del sabio Salomón "En el día del bien, goza del bien; y en el día de la adversidad, considera..." (Eclesiastés 7:14).
4. Cuando llega la enfermedad adoremos. Termina el sabio rey: "... y extendiere sus manos a esta casa". En otras palabras, adorare hacia esta casa.
Es cierto que en tiempo de adversidad es necesario orar, suplicar y reflexionar, pero además también se debe asistir al templo con mayor fidelidad. Hay bendición cuando el pueblo de Dios se reúne. Ahí está la presencia del Señor. Ahí envía Jehová bendición y vida eterna.
Parece que cuando llega la adversidad nos ocupamos tanto en ella que nos olvidamos de asistir a la Casa de Dios. Pero es cuando más nos debemos meter en ella. Si no estamos postrados en cama, acudamos a la Casa de Dios. La Biblia nos cuenta que cuando Isaías se sintió muy triste por la muerte del rey Uzías, lo que hizo fue ir al templo y estando allí Dios le dio tremenda visión de su santidad y de su gloria que cambió totalmente la vida del profeta (Isaías 6:1-8). Así también debemos hacer nosotros cuando tengamos alguna tribulación, ir de inmediato a la Casa de Dios. Hermanos amados, no pasemos por alto la bendición de asistir al templo. Es un lugar elegido por el Señor. Es la casa de oración y es la morada del Altísimo. Aquí en este lugar esta el Nombre Santísimo de nuestro Dios.
¡Cumplamos con estos propósitos divinos en medio de nuestras enfermedades!

CUANDO LLEGA LA ENFERMEDAD CUATRO COSAS DIOS HARÁ (8:39)

1. Dios oirá. "Tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada...".
Es una promesa del Señor. ÉL oirá nuestras súplicas. Todos los escritores bíblicos tuvieron cuidado de subrayar que Dios es el Dios Vivo que escucha y contesta la oración de sus hijos. Que Dios escucha la oración, también podemos asegurarlo millones de cristianos en todo el mundo que hemos orado, hemos esperado en ÉL y hemos recibido respuesta.
En verdad Dios escucha las oraciones. Esta enseñanza ha sido una de mis favoritas desde que me convertí a Cristo. Mi primer sermón que prediqué fue el 21 de junio de 1976 y fue basado en las palabras del salmista "Amo a Jehová pues ha oído mi voz y mis súplicas" (Salmo 116:1).
Sí. Cuando llega la enfermedad y oramos, Dios ciertamente oirá desde los cielos.
2. Dios perdonará. "... y perdonarás...".
Solo hay un gran obstáculo entre Dios y el hombre: El pecado.
Y este obstáculo, se presenta más en relación con la oración. Dios dice a través de los profetas: "He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar; ni se ha agravado su oído para oír. Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír" (Isaías 59:1-2).

Confesemos a Dios nuestros pecados. ÉL nos oirá y nos perdonará. Tenemos la promesa ciertísima de Dios a través del apóstol Juan: "Si confesamos nuestros pecados, ÉL es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).
Amados, el perdón de Dios y la sanidad van de la mano: "Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados" (Santiago 5:15).
3. Dios actuará. "... y actuarás...". En otras palabras Dios hará.
Una de las más hermosas enseñanzas sobre la oración es aquella que encontramos en los salmos: "Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará" (Salmo 37:4-5).
Nuestro Dios no es un Dios de brazos cruzados. No es un Dios renuente, socarrón o apático que se niega a bendecirnos por más que le rogamos. ¡No! Nuestro Dios es un Dios Vivo y Activo que trabaja incansablemente por nuestro bien.
Dios es nuestro Dios sanador, ÉL está trabajando ya en nuestra sanidad.
Si hay enfermedad en nuestro cuerpo o en el cuerpo de algún ser querido, tenemos que aferrarnos a la gracia de nuestro Dios. Si ÉL ha prometido quitar de nosotros toda enfermedad, ÉL lo cumplirá. Recordemos: "... confía en ÉL; y ÉL hará".

4. Dios dará. "... y darás a cada uno conforme a sus caminos...".
Dios mira el corazón. En este pasaje es donde se afirma que Dios es el Único que conoce nuestro corazón.
En medio de las enfermedades, afirmemos nuestro corazón para con Dios porque lo primero que ÉL mira es nuestro corazón y lo que hay en él.
¿Qué buscará Dios en nuestro corazón? Dios buscará la fe, el Señor buscará la confianza plena en ÉL. El Padre Celestial buscará la adoración en espíritu y en verdad y la acción de gracias. Cristo buscará el olor grato de la santidad. El Espíritu Santo observará si es un corazón contrito y humillado, y esto lo buscará el Señor mucho antes de mirar nuestra tribulación. Cuando un paciente va a ser intervenido quirúrgicamente, el médico cirujano, antes que otra cosa primero ve el corazón del enfermo. Mi padre fue operado varias veces en su vida y antes de cada cirugía, siempre le revisaron primero su corazón.

Así, nuestro Dios antes de intervenir a nuestro favor, examina primero nuestro corazón y entonces nos da conforme a nuestros caminos.
¿Cómo está nuestro corazón delante de Dios? ¿Es un corazón conforme al del Señor de tal manera que está preparado para recibir la bendición necesaria?
¡Que el Señor encamine nuestro corazón a tomarnos fuertemente de sus manos para que ÉL se haga cargo de la enfermedad que sea! ¡Así sea! ¡Amén!